Nehemías, liderazgo de restauración

1. La Restauración Comienza en Casa                            “El cambio no empieza en el templo, sino en tu casa”. “La iglesia será tan fuerte como las familias que la forman”. 2. Cada uno debe hacer su parte 3. Mi trabajo y los milagros de Dios “El avivamiento de una ciudad comienza con la restauración de las familias”.

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Versión de solo audio:

  • Nehemiás 1:2-11 NTV “Hananí, uno de mis hermanos, vino a visitarme con algunos hombres que acababan de llegar de Judá. Les pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y sobre la situación en Jerusalén. [3] Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego». [4] Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo, [5] y dije: «Oh SEÑOR, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, [6] ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! [7] Hemos pecado terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste por medio de tu siervo Moisés. [8] »Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu siervo Moisés: «Si me son infieles los dispersaré entre las naciones; [9] pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado». [10] »El pueblo que rescataste con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo. [11] ¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo». En esos días yo era el copero del rey.”

1. La Restauración Comienza en Casa

  • Nehemías 2:17 NTV “pero ahora les dije: -Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!”

                           “El cambio no empieza en el templo, sino en tu casa”.

La iglesia será tan fuerte como las familias que la forman”.

2. Cada uno debe hacer su parte

  • Nehemías 4:14 NTV “Luego, mientras revisaba la situación, reuní a los nobles y a los demás del pueblo y les dije: «¡No le tengan miedo al enemigo! ¡Recuerden al Señor, quien es grande y glorioso, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus esposas y sus casas!».”
  • Nehemías 3:28-30 NTV “Los sacerdotes repararon la muralla encima de la puerta de los Caballos. Cada uno reparó la sección justo frente a su propia casa. [29] A continuación, Sadoc, hijo de Imer, también reconstruyó la muralla frente a su propia casa, y más allá de él estaba Semaías, hijo de Secanías, guardián de la puerta Oriental. [30] Junto a ellos Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, el sexto hijo de Salaf, repararon otra sección, mientras Mesulam, hijo de Berequías, reconstruyó la muralla frente a donde vivía.”

3. Mi trabajo y los milagros de Dios

  • Nehemías 4:15-17 NTV “Cuando nuestros enemigos se enteraron de que conocíamos sus planes y que Dios mismo los había frustrado, todos volvimos a nuestro trabajo en la muralla. [16] Sin embargo, de ahí en adelante, solo la mitad de los hombres trabajaba mientras que la otra mitad hacía guardia con lanzas, escudos, arcos y cotas de malla. Los líderes se colocaron detrás del pueblo de Judá [17] que edificaba la muralla. Los obreros seguían con el trabajo, sosteniendo con una mano la carga y con la otra un arma.”
  • Nehemías 6:15-16 NTV “Así que el 2 de octubre, a los cincuenta y dos días después de comenzar la obra, se terminó la muralla. [16] Cuando se enteraron nuestros enemigos y las naciones vecinas, se sintieron aterrorizados y humillados. Se dieron cuenta de que esta obra se había realizado con la ayuda de nuestro Dios.”

“El avivamiento de una ciudad comienza con la restauración de las familias”.

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Pablo Espinoza