Ha sido evidente que esta serie ha traído diversas emociones, recuerdos amargos y sin sabores, pero necesito asegurarte que aunque no es cómodo, es necesario para sanar.
Ha sido evidente que esta serie ha traído diversas emociones, recuerdos amargos y sin sabores, pero necesito asegurarte que aunque no es cómodo, es necesario para sanar.
Al llegar al final de esta serie deseo proveer herramientas fundamentales para continuar trabajando nuestra vida (recuerda que es un proceso más que un momento) con el propósito de no vivir más en el pasado, específicamente en los momentos más dolorosos.
Ha sido evidente que esta serie ha traído diversas emociones, recuerdos amargos y sin sabores, pero necesito asegurarte que aunque no es cómodo, es necesario para sanar. Recuerda que el primer paso para conquistar estos momentos es reconocer lo que sucedió, o como lo he mencionado, ponerle nombre a esa(s) herida(s).
Algunas personas me han hablado en el transcurso de la serie, de los recuerdos concernientes a diversas situaciones que causaron daño en su vida y les he reiterado que si esas memorias resurgen es porque Dios desea intervenir para sanar.
“Cada vez que Dios interviene, hay sanidad”.
Quiero compartir algunas claves para mantener una vida emocional saludable.
1. Perdonar
Con mucho respeto deseo acercarme a este punto. Cada uno ha vivido situaciones difíciles en la vida; no puedo poner en la misma balanza una burla y un abuso, o comparar tu vida con la mía. El punto fundamental es que todos tenemos personas que nos causaron daño por lo cual se hace necesario perdonar.
Para algunos es más fácil hacerlo, para otros es un tema inmanejable debido a la complejidad de la ofensa. A pesar de la gravedad de lo vivido, el punto fundamental es que el perdón no beneficia al agresor si no al agredido.
“El perdón no beneficia al agresor si no al agredido”.
Isaías 43:25 NVI “Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados.”
Muchas personas retienen su odio, resentimiento, rencor, ira y otros sentimientos dañinos como “medio de cobro”, como una “estrategia de venganza” o herramienta para satisfacer el deseo de hacer justicia.
Jesús nos enseña:
Mateo 6:14-15 NVI “Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. [15] Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.”
Lucas 23:34 LBLA Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos.
La decisión más poderosa con la que cuentas es el perdón, nadie puede perdonar por ti, es un acto deliberado y tú eres el responsable. Recuerda: el beneficiario eres tú.
2. Dejar el pasado en el pasado.
Con la obra del Espíritu Santo y tu decisión de perdonar, puedes entonces dejar el pasado donde debe estar: detrás tuyo.
Isaías 43:18 NVI “Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado.”
La invitación entonces es a no vivir en el pasado. Lo hemos visitado para entender lo que sucedió, lo que nos causó, pero es ahora el momento de avanzar.
Isaías 43:18-19 NTV “Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer. [19] Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.”
La Palabra de Dios nos dice:
Proverbios 4:25 NVI “Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti.”
3. Obedecer las instrucciones de la Palabra
Romanos 12:18-19 NVI “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. [19] No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.”
1 Pedro 5:7 NVI “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.”
Dios nos ordena en Gálatas 5:19 no continuar viviendo en la obras de la naturaleza pecaminosa; entre ellas, deseo resaltar las que tienen que ver con la falta de sanidad:
No debemos practicar el odio, la hostilidad, los celos, los arrebatos de ira, las rivalidades, ambición, divisiones y la envidia.
El escritor de Hebreos nos advierte que podemos contaminar a la gente a nuestro alrededor si tenemos raíces de amargura.
Hebreos 12:15 NVI “Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos”
Por último recordemos:
2 Corintios 5:17 RV60 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Al llegar al cierre de esta serie, te invito a que hagas una realidad en tu vida esta verdad poderosa:
1.Todo es nuevo.
2. Deja el pasado atrás.
3. Recibe lo que Jesús vino a darte.
Esta es su promesa:
Isaías 61:4,6-7 NTV “Reconstruirán las ruinas antiguas, reparando ciudades destruidas hace mucho tiempo. Las resucitarán, aunque hayan estado desiertas por muchas generaciones. [6] Ustedes serán llamados sacerdotes del SEÑOR, ministros de nuestro Dios. Se alimentarán de los tesoros de las naciones y se jactarán de sus riquezas. [7] Disfrutarán de una doble honra en lugar de vergüenza y deshonra. Poseerán una doble porción de prosperidad en su tierra, y una alegría eterna será suya.”