El llamado de Jesús a los líderes

El llamado de Jesús a los líderes Algo maravilloso te sucede cuando cultivas una vida de oración. La oración no solo se convierte en tu inhalación y exhalación, como hemos comentado anteriormente, sino que la oración comienza a afectar tu visión; empiezas a ver las cosas de otra manera. Jesús miró a la multitud y …

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El llamado de Jesús a los líderes

Algo maravilloso te sucede cuando cultivas una vida de oración. La oración no solo se convierte en tu inhalación y exhalación, como hemos comentado anteriormente, sino que la oración comienza a afectar tu visión; empiezas a ver las cosas de otra manera. Jesús miró a la multitud y lo que vio lo conmovió profundamente en compasión. Su descripción del pueblo como ovejas cansadas y dispersas que no tenían pastor nos dice algo. Le dolía ver a este pueblo exhausto, disperso y acosado por la falta de un pastor o líder. Lo que Jesús vio fue una crisis de liderazgo.

Este llamado a los pastores resuena en todo el Antiguo Testamento. Dios siempre está buscando pastores para guiar a su pueblo. Dios preparó a Moisés para pastorear a la nación de Israel fuera de Egipto, al pastorear fielmente las ovejas de su suegro durante cuarenta años. David pastoreó las ovejas de su padre, lo que lo calificó para pastorear a la nación de Israel hasta su hora más grande. Al Señor mismo se le llama el “Pastor de Israel” en el Salmo 80:1. Por otra parte, los profetas continuamente acusaban a los líderes de su época por su negligencia como pastores y los hacían responsables del estado del pueblo bajo su mando.

Jesús está una vez más mirando sobre la tierra, y lo que está viendo lo está moviendo a lanzar un profundo llamado a gran voz en todo el mundo, a los líderes para que se conecten con sus ojos, se conecten con su corazón y asuman la carga apostólica de pastorear al pueblo de Dios. Creo que tú podrías ser uno de esos pastores que Jesús quiere llevar a su corazón para mostrarte el estado de las ovejas, dándote un corazón lleno de compasión por ellas y un corazón pastoral para guiarlas.

Jesús, lleno de santa compasión, agarró a sus discípulos y los introdujo en lo que él veía, sentía y deseaba. Entonces les dijo: “La mies a la verdad es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37-38).

A la luz de las necesidades inmediatas de la gente y la falta de cantidad y calidad de trabajadores actuales, Jesús no les dijo a los discípulos que fueran. ¡Él les dijo que oraran! Hoy Jesús nos dice lo mismo: “Orad”. La oración no es pereza, pérdida de tiempo ni tontería. Orar a la luz de las necesidades inmediatas del pueblo es el corazón, el estilo de vida, el poder y el mensaje apostólico del Evangelio.

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Edwin Castro