Construyendo una Casa de Sabiduría

Construyendo una Casa de Sabiduría El “temor del Señor” es la base de la sabiduría y de una relación honesta con Dios. Este “temor” no es miedo, sino una reverencia profunda que nos permite vivir en la luz de su presencia. Proverbios 9:10: “El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al …

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Construyendo una Casa de Sabiduría

El “temor del Señor” es la base de la sabiduría y de una relación honesta con Dios. Este “temor” no es miedo, sino una reverencia profunda que nos permite vivir en la luz de su presencia. Proverbios 9:10: “El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener entendimiento”. A través de este versículo, nos enseña que todo acto de sabiduría proviene de este temor reverente hacia Dios, el cual no solo nos inspira a buscar su rostro, sino también a vivir en integridad. Esta sabiduría se convierte en la base sobre la cual construimos nuestra vida, convirtiéndonos en “vasos confiables” para la presencia Divina.

Este concepto de temor reverente está relacionado con la construcción de una “casa de sabiduría”. Al construir una vida de oración y en prácticas espirituales que nutran nuestra fe, estamos levantando un hogar donde Dios puede venir a habitar. Así como se describe en Mateo 7:24-25, el hombre sabio construye su casa sobre la roca: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.” Este pasaje subraya la idea de que solo una vida de oración estable y disciplinada puede resistir las tormentas espirituales de la vida.

La “revelación” de Dios, es un entendimiento profundo que Él nos otorga cuando hemos establecido una vida basada en su Palabra. Esta revelación, no es un evento aislado, sino una experiencia continua que solo se puede sostener en una “casa” bien construida. Y esa revelación llega en etapas y comienza con el temor de Dios y se manifiesta a través de una vida disciplinada que busca reflejar el carácter Divino en cada aspecto. En Proverbios 3:5-6, leemos: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” Este versículo refleja el mensaje de la Palabra sobre la importancia de depender completamente de Dios, permitiéndole a Él guiar cada paso en nuestra vida de oración.

Podríamos decir que Dios se siente atraído hacia aquellos que tienen “pobreza de espíritu”, una humildad que rechaza la autosuficiencia y se apoya enteramente en Él. Esta actitud, que Jesús destaca en las Bienaventuranzas (Mateo 5:3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”), es fundamental para construir una “casa de sabiduría” donde Dios pueda habitar. Un corazón pobre en espíritu es aquel que busca constantemente a Dios, no por beneficio propio, sino por el deseo sincero de conocerlo y honrarlo. Este corazón es, en última instancia, el “contenedor” que Dios busca llenar con su presencia.
Te invitamos a convertirte en un “constructor sabio” y como dice Salmos 63:1, busca a Dios diligentemente: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”. Buscar a Dios en la quietud de la mañana sin distracciones nos permite escuchar Su voz y alinearnos con su propósito.

Cuando elegimos construir esta “casa de sabiduría”, Dios encuentra un lugar donde puede habitar y llenar con su presencia, su paz y su guía, haciendo de nuestra vida un testimonio vivo de su amor y poder.

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Edwin Castro