Hoy aprenderemos sobre un aspecto definitivo en la administración de nuestro dinero: ser fiador. Compartiré algunas anécdotas y experiencias personales para que puedas evitar los problemas que enfrenté. Comencemos por definir qué significa ser fiador y, a continuación, consultaremos la Palabra para entender las enseñanzas que nos brinda al respecto.
¿Qué significa ser fiador?
Un fiador es una persona que se compromete a pagar una deuda o cumplir con una obligación en caso de que la persona principal, llamada deudor, no pueda hacerlo. El fiador actúa como garantía para el acreedor, asegurando que la deuda será pagada o la obligación será cumplida, incluso si el deudor original no cumple con sus responsabilidades.
En términos legales, el fiador es responsable de la deuda u obligación en la misma medida que el deudor principal, lo que significa que el acreedor puede exigirle el pago directamente al fiador si el deudor no cumple.
Proverbios 17:18 NVI
«El que sale fiador por su prójimo carece de sentido común; se compromete a pagar por otro.”
Proverbios 17:18 TLA
“Hay que ser muy tonto para salir fiador de otros; ¿por qué pagar deudas ajenas?”
¿Por qué se necesita un fiador?
La razón por la que una institución financiera pide un fiador es porque después de realizar un estudio de riesgo, concluyen que la persona que está solicitando el préstamo no tiene la capacidad o carece de responsabilidad para pagar ese compromiso. Sin embargo, por otro lado, nosotros pensamos que sabemos más que los analistas de crédito y nos convencemos de que la persona en cuestión sí tiene
como pagar.
Proverbios 11:15 NVI
«El que sale fiador por otro se meterá en problemas; el que evita caer en tales compromisos vive tranquilo.”
¿Qué debes saber si eres fiador o estás considerándolo?
Hay tres cosas que te deseo advertir que pueden suceder, aunque te podría decir van a suceder:
a. Vas a desobedecer a Dios.
Lucas 6:46 NVI
“¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?”
Al final, debes comprender que la Biblia te instruye a no hacerlo. Será tu decisión obedecer o no a Dios, y asumir las consecuencias de tu elección.
b. Te vas a endeudar.
Proverbios 22:26-27 NVI
«No te comprometas a garantizar la deuda de otros ni te hagas fiador de nadie, porque si no puedes pagar te quitarán hasta la cama en que duermes.”
Si el banco cree que la persona no tiene como pagar, no va a pagar. Si tomas la decisión de desobedecer a Dios prepárate para asumir una nueva deuda de algo que seguramente nunca usarás.
c. Vas a perder una relación.
Proverbios 6:1-5 NVI
«Hijo mío, si has salido fiador por la deuda de tu prójimo, si has dado tu palabra a un extraño, si te has comprometido con tus labios y has quedado atrapado por tus palabras, haz lo siguiente, hijo mío, para librarte, ya que has caído en manos de tu prójimo: ve corriendo a humillarte; insiste a tu prójimo, no te dejes vencer por el sueño ni cierres los ojos para dormir. Líbrate como una gacela de la trampa, como un pájaro de la red del cazador.”
Al final, las relaciones se destruyen, las personas se molestan, te sientes traicionado, usado y terminas en malos términos con la gente. Les voy a contar mi historia.
Toma una decisión en este día de honrar a Dios más que al hombre al obedecer lo que Él nos manda.